Más allá del pesimismo
o nihilismo y más basado en un sentido de realismo, creo firmemente que todas
las personas han sufrido decepción, desamor, soledad o depresión alguna vez en
su vida o están por sufrirlo. Cada quien carga con el causante de tal, ya sea
un hombre o una mujer, un evento o todo un día. También decide que tan profunda
o superficialmente carga con la marcada dejada por aquello. Paul Dini la lleva
tan expuesta cómo es posible, le pone un nombre y nos lo comparte: Batman.
Dark Night: A True Batman Story
es una obra autobiográfica escrita por Paul Dini en la que nos relata el origen
de su amor por los mundos imaginarios, los personajes que los habitan y como,
durante el evento más trágico y traumático de su vida se sintió abandonado por
ellos. Esto especialmente por Batman, en quien basó el trabajo más importante
de su carrera. Durante la transmisión de la primera temporada de Batman The
Animated Series y la producción de Mask Of The Phantasm sufre un asalto
acompañado con una brutal golpiza. Los daños que esto le dejan van desde la
necesidad de una cirugía reconstructiva en su cara, miedo, depresión, alcoholismo
hasta una profunda decepción.
Mientras Paul está en su proceso
de recuperación, intentando hacer las paces con el evento, cada uno de estos
sentimientos es representado por algún habitante de Gotham con los que en
diversas ocasiones conversa. Así Harvey Dent representa la duda ante sus
actuales y posibles futuras inseguridades físicas. Scarecrow es el paralizante
miedo a salir de nuevo a la calle para solo encontrarse de nuevo con sus
fugitivos asaltantes. Penguin aparece tan pronto como Paul adopta un estilo de
vida alcohólico y errante. Joker es la pereza, procrastinación y bloqueo
artístico que le evita volver a su trabajo. Batman, personaje a quien idolatraba
desde pequeño y sentía que de alguna forma u otra siempre creyó estar
acompañado por él, se transforma en el arrepentimiento y decepción consigo
mismo. Es con este con quien expresa la relación más complicada, aunque se
siente abandonado por él, el protagonista aun depende de sus consejos para
recaer en sus principios antes de tomar cualquier decisión alimentada por la
desesperación. El creador le ha aportado tanto a Batman y el resto del elenco de
su mundo tanto que lo ha hecho tan propio como lo es de Bob Kane y Bill Finger.
Sus extensas y excelentes aportaciones a los mitos no hubieran sido posibles si
no hubiera sido sin esta peculiar manera de lidiar con la adversidad en el mundo
real y en el de su cabeza. Es parte tanto del creativo como de su proceso creer
en cierta manera en lo que está creando. Dini, con sus muy justas razones, empezaba
a dejar de creer en la justicia o cualquier vigilante que dijera protegerla.
Aquel que era el responsable de que muchos niños, jóvenes y hasta adultos
pasaran un buen rato gracias a su obra, estaba al borde del colapso existencial
más grande por el que ha pasado. Solo que nosotros no estábamos ni enterados.
Para quienes creemos que los
hombres pueden ser de acero, los cruzados pueden ser encapuchados o las mujeres
pueden ser maravillosas el conflicto que relata el autor de esta obra no es
algo extraño. Cuando las amenazas del mundo real se vuelven demasiado reales,
las fantasías y los personajes que las habitan se relegan a un último plano en
la conciencia. Es solo cuando la tormenta pasa y encontramos que nosotros
mismos somos los únicos que deben de lidiar con los estragos dejado por ella, que
nos ponemos a pensar que debería haber alguien ahí para ayudarnos a limpiar el
desastre. Incluso, caemos en el error de pensar que debió de haber aparecido
alguien antes de todo para evitar la catástrofe desde un inicio. Comprender el hecho
de que no es así es parte del proceso de crecimiento personal para cada quien. Aquellos personajes son capaces de lidiar con
los peligros un poco menos tangibles, los que solo residen en nuestra cabeza.
Cuando se trata de algo que amenaza en el mundo físico, solo nosotros somos
responsables de la confrontación. A final de cuentas, puede ser que crecer es
dejar de esperar que el héroe caiga del cielo para interponerse entre nosotros
y el peligro, si no empezar a comprender que nosotros mismos debemos darle la cara
para confrontar la amenaza.
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